Montreal, el 19 de enero de 2011. La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) Saluda el fin de la dictadura en Túnez de Zine el-Abidine Ben Ali y expresa su solidaridad y apoyo a las reivindicaciones del pueblo tunecino por sus derechos civiles, políticos y económicos.
AMARC llama al gobierno interino a dejar atrás los años de oscurantismo y represión. Que en este nuevo periodo se garanticen plenamente Derechos Humanos y la libertad de expresión. Se ponga fin al estado de emergencia, para sí consolidar un proceso político de democrático libre y pacífico. Este proceso de incluir la libertad de los medios de comunicación y de Internet, incluyendo el fin del control gubernamental sobre la radiodifusión y la existencia de medios de comunicación independientes y comunitarios.
AMARC llama también a la liberación de todos los presos políticos y a levantar las restricciones para el ejercicio pleno de derechos y libertad de circulación de los ex presos políticos. Demandamos también, el reconocimiento de las organizaciones de la sociedad civil y el fin a los obstáculos a la libertad de asociación; el reconocimiento de los partidos políticos proscritos; el fin del acoso de los defensores de los Derechos Humanos y los activistas políticos; el termino de la vigilancia a los internautas y del bloqueo de los sitios Internet; la distribución de libros prohibidos y el fin a la censura de las publicaciones.
Durante 23 años, el ex dictador Ben Ali, que huyó del país el viernes, creó un estado policíaco en el cual las críticas y la oposición eran tratadas con acoso, censura, prisión y tortura. AMARC ha seguido de cerca los abusos a los derechos humanos en Túnez y es miembro fundador de grupo de monitoreo IFEX Túnez. Este grupo fue establecido en 2004 como coalición de organizaciones de defensa de la libertad de expresión.
La reciente ola de protestas comenzó el 17 de diciembre con la acción del joven Mohammed Bouazizi, cesante de 26 años. Bouazizi vendía frutas y verduras sin permiso. Cuando la policía confiscó sus haberes y le golpeó, destruyendo su fuente de sustento recurrió al último recurso que le quedaba para que su denuncia alcanzara una vasta audiencia: se inmoló fuera de la oficina del gobernador regional y murió tres semanas más tarde.
La manifestaciones crecieron, transformándose en un amplio movimiento de protesta contra el gobierno y la corrupción de la élite gobernante. AMARC saluda el coraje de aquellos que han roto el ciclo del miedo y la represión en Túnez, incluidos los muchos otros manifestantes que murieron bajo las balas de las fuerzas de seguridad. Lo que se necesita ahora es una acción para un cambio político duradero.
Foto: chusgreciet